Afecciones de garganta

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Apósito de requesón
Se diluye el requesón en un poco de suero hasta formar una papilla espesa. Se unta una capa del grosor de un dedo sobre un paño y se aplica en el lugar afectado. Se envuelve todo con un paño seco y encima se coloca un paño caliente.
El apósito de requesón debe dejarse actuar durante una hora aproximadamente y luego retirarlo. En la piel queda una masa amarillenta, quebradiza, que es preciso eliminar. El requesón absorbe las sustancias venenosas del cuerpo.
Apósito para el cuello
En caso de dolor de garganta o inflamación de los ganglios linfáticos, se envuelve el cuello con un paño húmedo y después con uno de lana caliente. A continuación el paciente debe descansar echado durante una o dos horas.
Agrimonia
En una taza se echa una cucharadita colmada de agrimonia, se añade agua hirviendo, se deja reposar medio minuto y se cuela. Con la infusión resultante se hacen gárgaras dos veces al día, por la mañana y por la noche.
Salvia
En una taza se echa una cucharadita colmada de salvia, se añade agua hirviendo, se deja reposar medio minuto y se cuela. Con la infusión resultante se hacen gárgaras por la mañana y por la noche. Además de gargarizar, se puede empapar en la infusión una torunda de algodón suficientemente grande y aplicarla sobre la zona dolorida de la garganta.
Nogal
Se añade agua hirviendo a una cucharadita colmada de hojas de nogal finamente troceadas, se deja reposar medio minuto y se cuela. Con la infusión resultante se hacen gárgaras por la mañana y por la noche.
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